Cuando una institución de educación superior se plantea la creación
de un curso virtual hasta que este está colgado en un campus virtual y
accesible para todo su alumnado se recorre un proceso que lleva tiempo y que requiere la implicación de profesionales con perfiles diferentes. En este módulo se ponen de manifiesto las principales "patas" sobre las que descansa la creación de un curso de calidad, accesible y con un contenido didáctico.
Si lo único que se quiere es traspasar un contenido en papel a una pantalla existen formas más sencillas de hacerlo, pero entonces no estamos hablando de verdadero virtual y, en todo caso, el resultado será un recurso multimedia, pero no un curso.
Es un proceso complejo que requiere analizar los materiales, organizarlos, valorar las necesidades formativas y los objetivos de aprendizaje, plantear la línea argumental y la metodología, elegir cómo se presentará el contenido y definir el proceso de evaluación. Esto es el diseño instruccional y un ejemplo es el curso que estamos realizando.
Y todo hay que hacerlo integrando el uso de la tecnología de manera racional, teniendo en cuenta que es esta la que sirve al objetivo pedagógico y no al contrario, con el objetivo de transformar los materiales en algo más eficaz y adaptado a las necesidades del alumnado, de manera que pueda asimilar la formación mucho mejor y le genere una experiencia positiva de aprendizaje.